jueves, 25 de abril de 2013

Comentarios en el blog


Por algún extraño motivo se había bloqueado la entrada de comentarios en este blog.
...y yo pensando que nadie me miraba.





Ya sé que es invierno
y nieva
y que no dejo de pensar
en primavera 
Tendrán que disculparme
los ciclos
las mareas...
y es que al final sólo seguimos vivos
en el lugar donde alguien
nos espera

viernes, 12 de abril de 2013

Nube-III


Que me disculpe la coincidencia por llamarla necesidad.
Que me disculpe la necesidad, si a pesar de ello me equivoco.
Que no se enoje la felicidad por considerarla mía.
Que me olviden los muertos que apenas si brillan en la memoria.
Que me disculpe el tiempo por el mucho mundo
pasado por alto a cada segundo.
Que me disculpe mi viejo amor por considerar al nuevo el primero.
Perdonadme, guerras lejanas, por traer flores a casa.
Perdonadme, heridas abiertas, por pincharme en el dedo.
Que me disculpen los que claman desde el abismo
el disco de un minué.
Que me disculpe la gente en las estaciones
por el sueño a las cinco de la mañana.
Perdóname, esperanza acosada, por reírme a veces.
Perdonadme, desiertos, por no correr con una cuchara de agua.
Y tú, gavilán, hace años el mismo, en esta misma jaula,
inmóvil mirando fijamente el mismo punto siempre,
absuélveme, aunque fueras un ave disecada.
Que me disculpe el árbol talado por las cuatro patas de la mesa.
Que me disculpen las grandes preguntas por las pequeñas respuestas.
Verdad, no me prestes demasiada atención.
Solemnidad, sé magnánima conmigo.
Soporta, misterio de la existencia, que arranque hilos de tu cola.
No me acuses, alma, de poseerte pocas veces.
Que me perdone todo por no poder estar en todas partes.
Que me perdonen todos por no saber ser cada uno de ellos,
cada una de ellas.
Sé que mientras viva nada me justifica
porque yo misma me lo impido.
Habla, no me tomes a mal que tome prestadas palabras patéticas
y que me esfuerce después para que parezcan ligeras.
-Wislawa Szymborska-


viernes, 5 de abril de 2013

La espereanza

Imagen: Rolando Cyril

Lo acabo de recordar. Cuando todo estaba a punto de sucumbir, cuando parecía que no había ya salida ni posibilidad alguna, yo buscaba un punto de luz, el último reflejo, una grieta mínima, un pliegue diminuto en el telón de la oscuridad... y me aferraba a él. A solas con la vida, en ese instante, siempre encontré una salida.

La esperanza no es hacer algo porque pensamos que va a salir bien; es hacer algo sabiendo que es lo que hay que hacer, salga como salga.