Todas las cosas estaban ya creadas la mañana del sexto día:
el mar y el desierto,
el fuego y la nieve,
la piel y los labios,
la sangre y el hierro,
el diente y la garganta...
Dios estaba tan cansado, y aún faltaba lo más duro:
el bien y el mal.
Entonces, Dios creo al hombre;
y al séptimo día pudo descansar.
Demasiada fe en Dios y poca en el hombre o ¿en el ser humano?
ResponderEliminarNo sé yo en quién se puede creer más(con perdón)
Espíritu o materia, el bien o el mal, Dios o los hombres... Cualquier camino que se bifurque sólo nos lleva más lejos de casa.
ResponderEliminarEncontrar el punto de unión con todo lo que tenemos entre manos; confiar, primero, en nuestras propias manos y el espacio que abarcan.
Quizás por allí se abra un sendero.
Un beso, Sara.