viernes, 10 de diciembre de 2010

Hay un destello de escamas

cuando dices mi nombre

Hay un pez escondido

en tus palabras

A veces

cuando miras,

un instante después

casi vuelta la cara

centellea

fugaz

detrás de tus pupilas

Cuando vas a negarme la revancha

poco antes de dejarme

plantado con mi herida

lo intuyo nadando

en tu garganta

Hay un pez que se agita

en las redes tupidas

de tus dedos

un pez escurridizo

a mis deseos

un pez a contrapelo

que arrastra mi desorden

que peina mis insomnios

que quema mis desvelos

Hay un pez que duerme

debajo de mi sombra

que deja de moverse

cuando apago mis sueños,

pero quiero mirarte

enciendo el sol

y vuelve a ser destello

Llevo años persiguiéndolo

del centro de tu vientre

hasta la punta negra de tu pelo

en los mismos confines de tu lengua

mordiéndole la cola

de tus besos.

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