Un hombre deseaba violentamente a una mujer,
a unas cuantas personas no les parecía bien,
un hombre deseaba locamente volar,
a unas cuantas personas les parecía mal,
un hombre deseaba ardientemente la Revolución
y contra la opinión de la gendarmería
trepó sobre muros secos de lo debido,
abrió el pecho y sacándose
los alrededores de su corazón,
agitaba violentamente a una mujer,
volaba locamente por el techo del mundo
y los pueblos ardían, las banderas.
La vida es una lucha constante. Contra todos. Incluso contra uno mismo.
ResponderEliminarCreo que la única lucha que tiene sentido es contra uno mismo; en mantener esa lucha digna, viva y encendida es donde, posiblemente, se encuentren todas las victorias.
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