jueves, 26 de noviembre de 2009

Ulises cotidiano

Y otra vez Ulises. ¡Cuánto mar!

Traes en tu cuerpo la leyenda

de un navegante cansado.

Es tan grato, en silencio,

descalzarte de barcos,

recoger de tus ojos

las sirenas perdidas,

las redes enlamadas,

los sonidos ocultos de las olas.

Te espero cada noche

cuando levantas anclas en mi espacio

y una lluvia de estrellas

te hace perder el rumbo

y un enjambre de peces y caricias

nos recobra el naufragio tan deseado.

Cómo darte las gracias

por la luz palpitante de aquel faro,

por el sonido suave de los remos

en esta noche grande.

Es más amplio mi pecho.

Hoy le caben los puertos,

hoy que encallas

tibiamente

junto a mí.

-Carmen Villoro-

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