miércoles, 29 de junio de 2011

Duda razonable

Ella había preparado la cena en el jardín. Él cenó en silencio, pero no quiso quedarse a dormir.
-No -se decía de regreso a casa-. No soy yo el verdadero objeto de su amor.
-No -se repetía ella insomne entre el resplandor de sus sábanas de seda-. No es tálamo para mi flor.
Es tan larga la noche en soledad como el camino del miedo o la miseria.

1 comentario:

  1. Mucha calidad en tus últimos textos y más razón todavía. El miedo es el gran aliado de la soledad.

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